Una de las cosas que más llamaron la atención en la prensa nacional durante la pandemia de coronavirus, es la estricta medida de no revelar la identidad de ninguno de los más de 4000 contagiados a nivel país, más aun si ya están muertos. Pero este domingo, el Diario La Tercera decidió quebrantar esa medida y publicó un reportaje sobre 5 de los 27 fallecidos por Covid-19, a pesar de que en su momento sus nombres fueron puestos en estricta reserva por diarios, radios y televisoras.
Entre ellos destaca el nombre de Sonia Valdivia, la mujer de Renca que fue la primera fallecida por la pandemia, ademas de Eliana Reyes (Maipú), Tusnelda Mellado (Temuco) y Juan Maqui (Concepción). Pero la historia que más llamó la atención es la que hasta el momento es la única fatalidad de la Región del Maule, David Mañil Limpay.
El Matutino indica que “el viernes 27 de marzo, aquejado por fuertes molestias físicas, Mañil, de 44 años acudió al Hospital de Santa Rosa de Molina para saber qué le estaba pasando. Una cirrosis lo afectaba desde hace tiempo, por lo que creen probable que fuera hasta allá pensando que era una complicación de esa enfermedad. Llegó en estado grave. Al constatar su delicada condición, lo trasladaron de urgencia al Hospital de Curicó, donde finalmente falleció. Su muerte fue rápida, pero la familia Mañil Limpay se enteró recién el domingo 29”.
“Sus sobrinos, dicen, quisieron ir a retirar el cuerpo, pero como no eran sus familiares directos, les negaron cualquier tipo de información. El lunes por la mañana, los hermanos mayores llegaron hasta el recinto curicano a buscar sus restos y para darle entierro, confirmando que aquella cirrosis era la causante de la abrupta despedida, según decía el propio certificado de defunción”.
Marcelo Mañil, sobrino de David, indicó que “Conseguimos una iglesia, mis tíos lo vistieron y todo, porque ya nos habían autorizado para velarlo. Pero después, a las 11.30, nos informaron que no podíamos, porque había fallecido por coronavirus”
La subsecretaria de Salud, Paula Daza, confirmó a todo el país el deceso de Mañil, asegurando, además, que se trataba de una persona en situación de calle, algo que su sobrino desmiente rotundamente. “No sé por qué dijeron eso, él nunca ha sido de calle”, dice Marcelo, quien consideraba a su tío como a un hermano, pues se criaron juntos.
Nacido en Perquenco, Región de La Araucanía, David era jubilado. Vivía de una pensión de invalidez otorgada por un accidente laboral: cuando era más joven, trabajando en una barraca, sufrió la amputación de dos dedos. “Igual hacía aseo en algunas casas, a veces compraba cosas y las revendía, pero no era de calle. Tiene casa en Talca”, aseguran. El sobrino lo describe como una persona alegre; solitaria, pero alegre. “No tenía hijos, pero siempre visitaba a su familia”, recuerda.
El periódico culmina la nota mencionando que “Los Mañil Limpay no saben bien cómo enfrentar la situación. Además de la pena por perder al ser querido, ni siquiera supieron cuándo y cómo fue su funeral. El duelo familiar va acompañado de una cuarentena en el Hospital de Molina para los dos familiares que manipularon el cadáver”.
“Imagínese qué hubiese pasado si mi tío el día domingo hubiese ido a retirar el cuerpo de él, hubiésemos estado velándolo y nos lo hubiesen quitado”, reflexiona Marcelo, que insiste: “David nunca ha sido de la calle, por favor, coloque eso”.