El primer ministro británico Boris Johnson permanece en una condición estable, aunque con cierta mejoría, en una unidad de cuidados intensivos donde se encuentra aquejado de COVID-19, según dijo su ministro de Cultura el jueves.
“En cuanto a la condición del primer ministro, sigue siendo como dijimos ayer: está estable, mejorando, se sentó y habló con el personal médico”, dijo Oliver Dowden a la televisión de la BBC.
“Creo que las cosas están mejorando para él”.
Único líder de una gran potencia enfermo de covid-19, Johnson, de 55 años, emprendía su cuarto día en la unidad de cuidados intensivos del Hospital St Thomas de Londres, cerca de Westminster.
El gobierno ha dicho y repetido que el primer ministro no necesitó respirador y conservaba el buen ánimo.
Fue diagnosticado con COVID-19 el 27 de marzo e inmediatamente se puso en cuarentena en su apartamento de Downing Street. Pero diez días después, mientras otros enfermos notables como el príncipe Carlos -heredero al trono de 71 años- se habían recuperado, él seguía teniendo síntomas, entre ellos fiebre.
Sus médicos decidieron ingresarlo el domingo en St Thomas para realizarle unas pruebas, pero un día después su estado se agravó y tuvo que ser trasladado repentinamente a cuidados intensivos.
Ha dejado instrucciones muy claras del camino a seguir en la lucha contra la pandemia, afirma su gobierno.
Pero en los últimos días crecieron los interrogantes sobre cuánto poder tiene realmente el ministro de Relaciones Exteriores, Domic Raab, que reemplaza interinamente a Johnson, a la cabeza de un gabinete que toma las decisiones de forma colectiva… a menos que haya disparidad de opiniones, en cuyo caso decide su jefe.
Muy criticado por haber tomado medidas de distanciamento social más tarde que sus principales vecinos europeos, Johnson cambió el rumbo de una estrategia inicial aparentemente destinada a lograr inmunidad colectiva y el 23 de marzo ordenó el confinamiento.
Una “medida excepcional para circunstancias excepcionales”, dijo en un solemne discurso televisado.
El Gobierno estudia prolongar el confinamiento
En tanto, el Reino Unido se está convirtiendo en el nuevo punto candente de la pandemia de covid-19 en Europa.
El núcleo duro del ejecutivo y sus asesores médicos y científicos se reunirán en el comité gubernamental de respuesta a la crisis, conocido como COBRA, encabezados por Raab.
El “COBRA determinará el camino para la revisión (del confinamiento) pero de momento somos tendentes a mantener las consignas”, dijo el ministro de Cultura a la BBC.
Sin embargo, advirtió, no hay que esperar un resultado inmediato: “la revisión tendrá lugar la próxima semana”.
“Cuando tengamos la oportunidad de realizar cambios, lo haremos, pero ahora no es el momento”, dijo no obstante, empezando a mentalizar a los británicos de que la situación, iniciada hace casi tres semanas, muy probablemente se prolongará, como ha ido ocurriendo en otros países europeos.
El confinamiento en el Reino Unido es menos estricto que en otros naciones vecinas. Sus habitantes están autorizados a salir para ir a trabajar -en caso de que sea absolutamente necesario-, hacer la compra, ir al médico y hacer ejercicio físico, algo totalmente prohibido por ejemplo en España.
El ejercicio físico está teóricamente limitado a una vez por día pero a diferencia de Francia no requiere llevar consigo un justificativo escrito, no hay control efectivo de la policía y los parques están abarrotados de gente haciendo footing.
Con la llegada de las vacaciones de Pascua y el buen tiempo, las autoridades empezaron a multiplicar los mensajes por medios convencionales y redes sociales insistiendo en que la gente se “quede en casa”.
El país tiene ya más 7.000 muertos por coronavirus, con un récord diario de 938 fallecimientos el miércoles.
(Con información de AFP y Reuters)