El conejo de Pascua es uno de los símbolos de la Semana Santa, sobre todo en los países anglosajones, donde es muy típico regalar huevos de Pascua. Incluso es común decorarlos y esconderlos. Este juego en el que los niños han de encontrar los huevos que ha ido dejando el conejo de Pascua es la diversión de los niños el Domingo de Pascua. Pero, ¿por qué un conejo?
El origen del conejo de Pascua se remonta a las fiestas anglosajonas pré-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad y estaba asociado a la diosa Easter, a quien se le dedicaba el mes de abril y el honor de las fiestas de la primavera entre los pueblos del norte de Europa.
Con el paso del tiempo, la figura del conejo de Pascua se fue incluyendo y adaptando a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania.