Debutó en la pantalla en julio de 1940 y rompió todos los esquemas conocidos: astuto, pícaro y un poco malvado, Bugs Bunnyse volvió uno de los personajes más famosos del mundo, protagonista de cientos de cortos y producciones, fue nominado tres veces al Oscar, protagonizó una película con Michael Jordan y puso su cara de millones de productos en una de las franquicias más exitosas de la historia. ¿Cuál es el secreto de este conejo que nació de apuro, participó de la Segunda Guerra Mundial y sigue cautivando a nuevas generaciones?
El conejo de la suerte
Todo comenzó a finales de la década del 30 en los estudios Leon Schlesinger Productions, rivales en la producción de cortos animados con la compañía del ascendente Walt Disney, que por entonces generaban las producciones más respetadas y populares. La empresa operaba dentro del mítico complejo de Warner Bros. en Sunset Boulevard, en Hollywood, y tenía una saga llamada Looney Tunes , que en 1931 le valió una primera nominación a un premio Oscar.
Este reconocimiento convenció a Schlesinger de venderle a Warner Bros. otro ciclo, al que bautizó Merrie Melodies , también de cortos para los cines, pero musicalizados para poder vender discos del amplio catálogo musical con el que contaba la empresa. Esto impuso más trabajo para el equipo de animación, que no era muy numeroso.
Así, en 1938, Schlesinger y su equipo se vio sobrepasado de tareas con los estrenos de Looney Tunes y Merrie Melodies . El año anterior habían logrado mucho suceso Porky’s Duck Hunt , en el que habían debutado nada menos que el cerdito Porky y el Pato Lucas. Cansado y sin ideas frescas, el realizador Bob Clampett recicló chistes que habían quedado afuera de otras producciones y puso al pato en un traje de conejo. El dibujante Ben “Bugs” Hardaway fue el encargado de meter a Lucas en ese disfraz y para eso crea un par de variantes.
A pesar de que el resultado no fue tan exitoso como se esperaba, el corto Porky’s Hare Hunt sirvió para que en los estudios entendieran que podían probar con un conejo como personaje central. Quien se puso a trabajar en ese proyecto fue el recién llegado Frederick Bean “Tex” Avery, un animador que había hecho sus primeras experiencias con Oswald, el conejo que muchos consideran antepasado directo de Mickey Mouse.
Mientras que los estudios de Walt Disney seguían siendo los más populares, Avery creía que él podía hacer algo mejor. Su estilo, sin embargo, no tenía mucho que ver con lo que se producía hasta entonces. Muchos de sus colegas e historiadores conjeturan que su abordaje casi surrealista de la animación se debía a la pérdida total de la visión de su ojo izquierdo en un accidente laboral mientras trabajaba en cortos de Oswald. Debido a este percance, el animador no tenía profundidad de campo en su visión, lo que para algunos explica la originalidad con la que encaraba sus ideas.
En 1940, Avery decide reinventar a ese pato disfrazado de conejo de Porky’s Hare Hunt y lo dota de otro estilo y personalidad. Así, deja de ser un lunático hiperactivo y se convierte en un personaje más reflexivo, inteligente y algo soberbio. Debuta un 27 de julio de ese año con el corto A Wild Hare , en el que termina apuntado por la escopeta de Elmer Gruñón y emite sus primeras palabras: “¿Qué pasa, viejo?”.