Se trata del miedo o temor anticipatorio de enfrentar una situación en que no se pueda recibir ayuda y que podría presentarse en espacios abiertos y cerrados.
El proceso de desconfinamiento que se comenzó a llevar a cabo en el país ha generado un estado de alerta en los estudios de la salud mental, los que aseguran que un gran número de la población podría sufrir de agorafobia.
¿Qué es la agorafobia? Se trata de un fenómeno, un síntoma que se puede transformar en una enfermedad. Uno de sus síntomas principales es el miedo o temor anticipatorio de enfrentar una crisis de pánico en una situación en que no se pueda recibir ayuda.
Según psiquiatra y académico de la Universidad de Chile, Rodrigo Gillibrand “el cuadro de agorafobia se da junto con crisis de pánico. De hecho, hay un cuadro clínico que se llama Trastorno de Pánico con Agorafobia. Son personas que si se exponen a situaciones que ellos evitan, generan crisis de pánico de forma segura“.
Si bien se genera un temor a los espacios abiertos o el transporte público, el especialista reconoce que “también puede ser estar en algún sitio cerrado, que no es necesariamente claustrofobia, sino que puede ser una tienda, un cine, una consulta médica”.
¿Cómo reconocer los síntomas?
Gillibrand explica que “una de las características del miedo físico, de las situaciones físicas de la ansiedad, es el sudor de manos; además, puede haber temblores, dolor en el pecho, alteraciones gastrointestinales, o que le tiemblan las piernas”.
“Como evento anticipatorio, solo pensar en salir, eso pasa en el cuerpo. Por otro lado, en los síntomas psicológicos, está un rechazo profundo, una sensación de pánico o terror. En definitiva, se caracteriza por una tremenda evitación de exponerse a estas situaciones”, agrega.
En ese sentido, el médico indica que el tratamiento “que se recomienda en estos casos es la exposición ¿Qué significa eso? por ejemplo, hacer un listado de síntomas que a la persona le den miedo, situaciones que quiera evitar, e ir exponiéndose desde el que genera menos ansiedad al que genera más ansiedad, de forma escalonada. Eso se llama desensibilización sistemática”.
“También existen terapias cognitivas conductuales, que es como ir repensando e ir resignificando estas cosas, porque esto, mientras más se evita, más crece el miedo. Ahí lo que se busca es enseñarle a la gente que mientras más vaya evitando, más difícil es el salir”, agrega Gillibrand quien expone que “también se pueden usar fármacos en casos más severos”.
Hasta antes de la pandemia, los estudios indicaban que entre un 3% y 6% de la población vivía con esta condición, sin embargo se estima que el número crezca una vez que el proceso de desconfinamiento abarca a todo el territorio.
“Probablemente va a aparecer más (este síntoma), porque cuando consultan estas personas es cuando esto les está generando un conflicto, un problema, como ir al trabajo, ver a sus familiares, o hacer las cosas básicas”, cierra Gillebrand.
Fuente: Publimetro