- Tres profesoras de la Universidad de Talca explican las propiedades y beneficios del amamantamiento de niños y niñas.
- Del 1 al 7 de agosto se celebró la Semana Mundial de la Lactancia Materna, este año, bajo el lema “Apoyar la lactancia materna para un planeta más sano”, propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La académica de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Talca, Julieta Navea, explica que la Organización Mundial de la Salud recomienda lactancia materna exclusiva, es decir, sin otros alimentos, agua o jugos, hasta los seis meses de vida, y posteriormente complementada con otros alimentos hasta al menos los dos años, como la forma más saludable de alimentar a los niños.
La docente agrega que las propiedades de la leche materna son múltiples: “El Calostro, que se produce en los primeros días después del parto, es un líquido amarillento y espeso que contiene muchas proteínas, vitaminas, minerales e inmunoglobulinas necesarias para la protección y defensas. Ya después del quinto día se produce la leche madura. Su composición varía a lo largo de la toma, al inicio es más aguada, rica en lactosa, y va aumentando la cantidad de grasa, concentrándose al final. Por ello, es conveniente vaciar el primer pecho antes de ofrecer el segundo, sin limitar el tiempo de la toma”.
El pecho funciona en base a la oferta y la demanda: a más tomas, más producción. Mientras más succione el niño/a, más leche se producirá, indica.
En tanto, la académica de la Escuela de Nutrición y Dietética UTalca, Paula Contreras, plantea que “la lactancia materna es la práctica de alimentación más completa. Cubre todos los requerimientos nutricionales”.
BENEFICIOS
En la madre, detalla Navea, dar pecho disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovario, disminuye el tiempo de sangrado postparto, aumenta el espaciamiento entre los embarazos, disminuyen los riesgos de depresión postparto y ayuda a recuperar el peso de antes del embarazo.
Mientras que en el niño “disminuyen los riesgos de enfermedades agudas y crónicas, tales como Síndrome Diarreico Agudo, infecciones respiratorias, otitis, alergias, enterocolitis necrotizante, sobrepeso, obesidad, leucemia, enfermedad celíaca y otras; será más activo, con mejor desarrollo psicomotor y una mejor capacidad de aprender; tendrá una nutrición óptima, ya que a medida que el hijo o hija va creciendo, la leche materna se va adecuando a sus necesidades; y disminuyen los riesgos de morir por muerte súbita. Además, favorece el desarrollo maxilofacial y la digestión es más fisiológica”.
COVID-19
La académica de Enfermería UTalca señala que “hasta la fecha no se ha detectado el virus activo de COVID-19 -que pueda causar infección- en la leche de ninguna madre con sospecha o confirmación de Coronavirus. Por lo tanto, parece poco probable que la enfermedad pueda transmitirse al amamantar”.
Navea recomienda que frente a la sospecha de contagio de la madre o que esté confirmado el diagnóstico, “debe lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o limpiárselas con un gel hidroalcohólico, especialmente antes de tocar al bebé; utilizar una mascarilla médica mientras amamantan. Es importante sustituir la mascarilla en cuanto se humedezca y desecharla inmediatamente, no reutilizarla”.
OTRAS PROPIEDADES
Contreras agrega que la lactancia materna “mejora el vínculo con el niño. Y el resto de la familia también se beneficia, porque evita el gasto de dinero en alimento artificial y además contribuye al planeta, ya que no se eliminan envases”.
Contreras señaló que en la Atención Primaria de Salud “existe una meta asociada a lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida, lo que se cumple en un 60%, por sobre la meta de la OMS, que es de 50%”. “A nivel nacional se encuentra asociada al objetivo sanitario número 3, referente a desarrollar hábitos y estilos de vida saludables, que favorezcan la reducción de los factores de riesgo asociados a la carga enfermedad de la población, más específicamente a disminuir la prevalencia de obesidad infantil”.
Por otra parte, la académica de la Escuela de Obstetricia de la UTalca, Pilar García, explica que para la mujer es “muy importante sentirse querida y respetada mientras está amamantando”. Eso dará pie a un apego seguro y al buen desarrollo psicológico del niño o niña.
La profesional señala que los primeros seis meses de vida del niño son decisivos para su desarrollo en el futuro. “El apego seguro permitirá niños con mejor rendimiento escolar, mayor capacidad de exploración, menores riesgos de enfermedades, más afectivos”. Por el contrario, “el apego inseguro generará edades mentales más bajas, menor rendimiento escolar, inseguros al contacto social, etcétera”.
El apego, dice la docente, comienza por el contacto temprano piel a piel entre madres y recién nacidos sanos. Este “período de reconocimiento sensible prepara a las madres y a los recién nacidos para que desarrollen pautas de interacción recíprocas, siempre y cuando estén juntos y en contacto íntimo”.
¿Cuáles son las ventajas de la lactancia materna? García explica que la leche materna es “el mejor alimento tanto para el recién nacido de término, como para el prematuro, sano o enfermo. Las evidencias sugieren que en el niño prematuro mejora la sobrevida y disminuye los riesgos de morbilidades específicas de la prematurez. Su contenido en inmunoglobulinas da protección específica al lactante y a su inmaduro sistema inmunológico; contiene una diversidad de factores bioactivos, que proporcionan protección contra infecciones” y protege “contra la hipoglicemia y la ictericia en el recién nacido”.
“A la vista de sus beneficios, la leche humana no puede compararse con ninguna leche artificial ni de otros animales, y puede visualizarse claramente la enorme pérdida que significó para la humanidad, un siglo de bajos índices de lactancia”, recalca García.
Agrega que en niños prematuros “hay mejor pronóstico visual, auditivo y de desarrollo psicomotor cuando son alimentados con de su propia madre y no con fórmulas artificiales, aunque estén preparadas especialmente para prematuros, de acuerdo con estudios realizados internacionalmente durante la última década. La leche materna después de un parto prematuro es más rica en proteínas y sodio que la de las madres de recién nacidos de término, acorde a las necesidades particulares de sus hijos”.