Sociedad

El impacto de la pandemia en los niños: 43% está más desobediente y 73% aumentó su demanda a los adultos

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Para Vanessa Tagle, madre de dos niñas de 5 y 13 años, la vida en cuarentena ha sido una montaña rusa de emociones. Sus hijas han tenido cambios de comportamiento atribuibles al extenso encierro, por ejemplo, reactividad emocional, problemas de sueño y aumento del apetito.

“La mayor, como es adolescente, tiene pataletas porque está hostigada, cansada y piden que la dejen sola y que la dejen respirar. En cambio, con mi hija menor, las pataletas son porque no le hacemos caso, no la estamos mirando, porque quiere atención o siente que no valoro lo que ella hace”, dice la madre.

También hay problemas a la hora de dormir. La hija menor no descansa hasta que se detiene la actividad en la casa, pues “le cuesta acostarse, me espera y se da vueltas, muerta de sueño, hasta que dejo lo que estoy haciendo para hacerla dormir”, detalla Tagle.

En mayor o menor medida, esta situación se repite en todos los hogares chilenos con niños, quienes han estado en sus casas por obligación desde el 16 de marzo, cuando las actividades fueron suspendidas en los colegios y jardines de todo el país.

Y esto se refleja en un estudio, realizado por un grupo de psicólogos reunidos en el proyecto “Cuidemos nuestros niños”, que encuestó a 6.149 familias sobre el impacto que la pandemia ha tenido en sus hijos, revelando que el 61% ve un aumento en la reactividad emocional de los niños (pataletas), el 42% presenta una mayor actividad psicomotora (inquietud e hiperactividad) y el 73% aumentó significativamente su nivel de demanda hacia los adultos.

El estudio también muestra una serie de síntomas que niñas y niños empezaron a mostrar durante la pandemia. Por ejemplo, el 43% está más desobediente, 41% tiene más apetito, 29% tiene cambios de humor súbitos, 26% está más peleador, 23% tiene miedo de quedarse solo en una habitación y 21% teme que algún familiar se enferme.

Las familias reportan otros 18 síntomas que, en menor medida, surgieron durante la pandemia, y que van desde problemas de adaptación, hasta desgano, tristeza, dolores de cabeza, dolores de estómago, sarpullidos, dolores musculares, náuseas e incluso tics.

El estudio también revela un alto estrés de parte de las madres, que equivalen a la mayoría de quienes respondieron la encuesta: el 67% dice que le preocupa el bienestar socioemocional de los niños, el 33% dice que la pandemia les ha afectado negativamente y el 56% afirma que le ha costado mucho dedicar tiempo para sus hijos.

Pilar del Río, psiquiatra de la Clínica MEDS y una de las investigadoras, explica que esto demuestra que “la pandemia ha sido muy estresante para los adultos, pues estamos acostumbrados a atender todas las demandas de los hijos y ahora eso se nos fue de las manos, porque tenemos muchas más demandas”.

“A los adultos les cuesta entender que, para que sus hijos estén bien, primero ellos tienen que estar bien”, agrega. Además, el 59% de los cuidadores señala que ha sido difícil disponer de tiempo libre, “algo que es imposible en la pandemia”.

Primera Fuente
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