Columna de OpiniónTalca

Expertos advierten riesgos de tener comunas colindantes con y sin cuarentena

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“La movilidad siempre estará asociada con la aparición de nuevos casos”, dijo la salubrista Loreto Núñez.

“Debemos avanzar en tener la epidemia controlada localmente”, recalcó el epidemiólogo y director de Salud del Estudiante, Daniel Jiménez.

Antropóloga Giselle Davis se refirió al impacto de estas medidas en el comportamiento humano

Preocupación por los riesgos en el aumento de contagios de COVID- 19 que supone tener comunas vecinas en diferentes etapas de confinamiento, plantearon expertos y académicos de la Universidad de Talca, quienes coincidieron en que el factor de la movilidad es relevante en cuanto al control de la pandemia de Coronavirus.

La salubrista y académica del departamento de Salud Pública de la casa de estudios maulina, Loreto Núñez, sostuvo que la consecuencia  de tener comunas colindantes en transición y otras en cuarentena dependerá del grado de conexión de ambas zonas. “Un ejemplo es la Región Metropolitana, donde las comunas están interconectadas, donde la ciudad funciona como un  todo, la efectividad puede ser limitada producto que la gente vive en una comuna  y trabaja en otra,  entonces  los traslados se tienen que realizar. La movilidad siempre estará asociada con la aparición de nuevos casos y eso se tiene que manejar, controlar y ver cómo funcionará”, enfatizó.

En tanto, el epidemiólogo y director de Salud del Estudiante de la UTalca, Daniel Jiménez, manifestó sus dudas sobre los efectos de estas medidas, luego del avance de algunas comunas capitalinas a otras etapas del plan Paso a Paso. “Esto es algo muy complejo y que puede resultar en la generación de un alza importante en la incidencia de casos en estos municipios. Hay que tener en consideración el factor de que se trata de zonas muy interconectadas. Esto, junto a que hay comunas aledañas que aún se mantienen en confinamiento, puede hacer muy difícil la efectividad de estas medidas”, comentó.

El profesional calificó como fundamental el control de la transmisión comunitaria, para lo cual –dijo- es necesario disminuir la movilidad de las personas, aspecto relevante debido a los cerca de dos mil nuevos casos diarios de contagio. “Estas no son cifras buenas. Debemos avanzar en tener la epidemia controlada localmente. El gobierno debe fortalecer aún más el programa de testeo para así asegurar la trazabilidad; los equipos de salud deben tener acceso a los elementos de protección personal apropiado; debemos poder hacer un distanciamiento físico adecuado; generar horarios diferidos de algunas actividades esenciales para que no haya tanta aglomeración de gente y tener indicadores de información más transparentes y accesibles a la comunidad, especialmente a nivel comunal”, resaltó.

“Relajar estas medidas de aislamiento, trazando mal y poco, solo implicará en muchas más muertes. Por eso el llamado es a quedarse en casa y solo salir para actividades esencialmente críticas”, agregó Jiménez.

 

Comportamiento de las personas

Por su parte, la antropóloga y académica del Departamento de Salud Pública de la UTalca, Giselle Davis, se refirió a los riesgos, a nivel de comportamiento humano, cuando se está ante una comuna en cuarentena junto a otra en transición. En tal sentido explicó que hay una especie de frontera política entre los distintos territorios, lo que se contrapone con los comportamientos psicosociales y culturales que tienen las personas de acuerdo a sus rutinas.

“Las personas  tienen conductas –laborales, sociales y recreativas, por ejemplo- que se tienden a repetir. Es muy difícil que por el dictamen externo de que no se puede porque se está en transición o cuarentena se elimine dicha conducta”, dijo la experta. Agregó que se trata de un dictamen racional que se enfrenta a un patrón de comportamiento, consciente e inconsciente, que se tiene desde niño.

Davis agregó que “es probable que las personas repitan las rutinas sin siquiera darse cuenta y no tomando conciencia de que se ha transgredido una medida. Y por otro lado, puede suceder que sí se den cuenta pero que se le baje el perfil a la situación porque aunque se sepa que es una medida sanitaria para el bien de la sociedad se vive en la práctica como una invasión muy violenta de la libertad, de la rutina, de la forma de vivir y de la intimidad. Al ser una situación extrema, no es controlable de manera consiente y de alguna manera las personas se argumentan que no les va a pasar nada, que llevan mascarilla y que nada va a suceder”.

Primera Fuente
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